¿Cuáles son los tipos de amortiguadores para tu coche?
Los amortiguadores del coche son piezas esenciales que juegan un papel fundamental en la estabilidad del vehículo y por lo tanto en la seguridad. No solo es importante disponer de unos amortiguadores de buena calidad, sino que también es primordial que sean compatibles con nuestro tipo de conducción y con el estilo que tenemos al volante.
Esta pieza es la encargada de estabilizar el vehículo, controlando cada oscilación que sufre el coche, así como equilibrando el vehículo cuando pasamos por un bache o cualquier elemento que comprometa la adherencia. También tiene la misión de reducir la distancia de frenado y proporcionar altas dosis de confort al conductor.
¿Pero qué pasa si los amortiguadores no están en buen estado? El resultado es la pérdida del agarre a carretera, giros muy peligrosos por la poca precisión que consiguen y una mayor distancia de frenado. Está calculado que esta aumenta hasta un 20%, lo que provoca el desgaste acelerado de los neumáticos.
En el mercado puedes encontrar diferentes tipos de amortiguadores, que generalmente se colocan por el fabricante para sacar todo el potencial del modelo. Cada uno de ellos cuenta con funcionamientos similares, pero aportan más o menos efectividad. En Grupo MODRIVE te contamos cuáles son.
Amortiguador hidráulico
El amortiguador hidráulico es aquel que funciona por medio de un cilindro situado en el aceite y que dispone de un pistón con huecos por los que pasa el aceite. Este sistema es el que regula la presión, siendo mucho más eficaces cuando hay más presión. No requieren mantenimiento y su funcionamiento es conocido y eficaz.
Amortiguadores regulables
En el mercado puedes encontrar al menos dos regulables: los regulables en dureza y los regulables en suspensión. Los primeros, se adaptan mucho más a las necesidades del conductor, ya que incluye la opción de cambiar el tamaño del agujero por el que pasa el aceite. Por su parte, los regulables en suspensión permiten adaptarse entre la carretera y la carrocería del coche.
Amortiguador monotubo
Los monotubo cuentan con una cámara de gas y otra de aceite, pero ambas tienen las mismas dimensiones y pueden variar según la presión que el gas ejerza sobre el pistón.
Amortiguador de doble tubo
Los más conocidos y utilizados en el mercado son los amortiguadores de doble tubo, compuestos por dos cámaras de diferente tamaño, separadas por una válvula. En una de las cámaras el aceite pasa gracias al pistón, mientras que en la segunda se filtra gracias a la válvula. Puedes encontrar los amortiguadores presurizados, que funcionan con aceite, y los no presurizados, que utilizan aceite y gas.
Además de estos, existen otros muchos que son menos utilizados, como los de frecuencia selectiva, los reológicos o los hidráulicos con válvulas.
¿Qué función tienen?
La función eS la de aportar suspensión, tanto en los coches como en las motos. Absorbe todos los movimientos y convierte esa energía cinética en energía térmica. Al estar situados bajo la carrocería al lado de las ruedas, no siempre es fácil detectar que fallan, por eso es muy frecuente que el conductor siga conduciendo con ellos mal. De ahí la importancia de revisarlos tras los 20.000 km.
Consecuencias de llevarlos en mal estado
Las consecuencias de tener los amortiguadores en mal estado son la pérdida de adherencia, de estabilidad y el aumento de la distancia de frenado. Cuando esto sucede, también somos más propensos a sufrir pérdida de dirección y aquaplaning. Pero hay varios síntomas que ya nos avisan de unos amortiguadores defectuosos, que debemos de revisar lo antes posible. Hablamos de un rebote excesivo del coche, ya que se compromete la estabilidad del coche y hay mayor dureza; los comportamientos extraños en las curvas y en las frenadas también nos están avisando del desgaste de los amortiguadores.
El desgaste irregular de los neumáticos es otro síntoma claro de un problema con los amortiguadores, especialmente en el centro y en los extremos. En este caso primero hay que comprobar el eje de las ruedas y después comprobar los brazos de suspensión. Aunque siempre hay que prestar atención a los ruidos que emite nuestro coche, la mala suspensión provoca un particular ruido fácil de identificar. Si eso pasa, acude a tu taller Grupo Marcos.
Recuerda que además de fijarte en todos estos síntomas, es conveniente que sigas las instrucciones del fabricante y hagas una revisión periódica. La media de vida de unos amortiguadores suele rondar los 60.000 kilómetros, por lo que la revisión se suele establecer a los 20.000 kilómetros. No olvides llevar a cabo un buen mantenimiento preventivo y complementar con las visitas a tu taller.